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viernes, enero 30, 2009

La matanza

La tradicional "matanza" es sin duda uno de los rituales más ancestrales de nuestra geografía. Celebrada desde tiempos medievales y de origenes celtas, representa un auténtico ejemplo de aprovechamiento del recurso animal. Contemplar este ritual en primera persona nunca deja indiferente: La sangre, las visceras, el despiece, la preparación de las especias, etc. Todo con el claro objetivo de lograr la mayor rentabilidad en kilos de carne comestible de un solo animal.


Este fin de semana he tenido la oportunidad de asistir a una matanza en un pequeño pueblo en las cercanías de la Sierra de Francia llamado San Esteban de la Sierra y, a pesar de no ser la primera vez que asisto a este espectáculo, su contemplación me generó tal cantidad de sensaciones que no puedo dejar de reflejarlo en esta entrada.

El jolgorio y la alegría que, en la actualidad, van siempre unidas a esta celebración no son más que una inercia de lo acontecido en tiempos pasados. Cuando la matanza del cerdo suponía una fuente de ingresos para aquellos que habían podido costearse la manutención de una de estos animales y una esperanza de alimentos para aquellos que podían pagar por los productos que de este se generaban. La matanza ha sido siempre, por todo esto, sinónimo de tiempos de bonanza y de posibilidades.

Paisaje nevado de la Sierra de Bejar

Contemplar este ritual de tiempos pasados en un marco como el que ofrece San Esteban es aún más enriquecedor. No solo por su tradicional arquitectura serrana y la belleza de sus callejuelas empinadas sino por la indescriptible sensación de sosiego que se obtiene al recorrer los montes de sus cercanias.

Diversión, buena comida y bellos paisajes: un fin de semana redondo.

Un saludo a todos.