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jueves, abril 08, 2010

Atardeceres desde Conil

Esta Semana Santa, al igual que la anterior, nos hemos decantado por Cádiz. La decisión se ha tomado basándonos en la necesidad de bronceado, en primer lugar, la ilusión por seguir subiendo puntos en tema del surf y de las olas y en tercer lugar porque teníamos muchas ganas de volver a disfrutar de esos interminables atardeceres sobre el Atlántico que ofrece la costa gaditana.

El lugar elegido fue la playa de El Palmar, entre Conil de la Frontera y los famosos Caños de Meca. En toda esta zona, además de disfrutar de buenas olas para principiantes y veteranos, se encuentran unas playas inmensas imposibles de abarrotar y una buena colección de chiringuitos para remojar el gaznate en esas horas de sol (y de sombra). Comentario aparte merecen los pueblos de toda esta costa, de los que ya hablé el año pasado, y que aún después de conocidos me siguen impresionando por su naturalidad y su belleza auténtica, de esa que ya no abunda en los sitios playeros mediterráneos. En toda esa zona, existen multitud de lugares donde aparcar la furgoneta, aunque recomiendo no abusar de los lugares a pie de playa porque la policía local suele andar hambrienta de "sangre fresca". Siempre es mejor ser discretos, aparcar y dormir en algún rincón algo más alejado y pasear unos minutos a bien de evitar la receta policial que nos amargue las vacaciones.


En definitiva, Cádiz y las playas de Conil son un estupendo destino para una escapadita larga (pues desde Madrid se tarda una vida en llegar), donde poder desconectar y disfrutar de sol, calor y buena gente. Por mi parte, no he podido aprovechar más este descanso merecido cogiendo mis primeras olas.

Un saludo a todos.